Sin embargo, en la sociedad de manera permanente se observan textos escritos como: periódicos, libros y propagandas en las calles es aquí cuando el niño y la niña establecen un contacto con este entorno de la lectura y la escritura.
De allí el docente como mediador debe involucrarse en todas las actividades desarrolladas por los niños y niñas.
La lectura y la escritura son procesos que se inician desde el hogar, mucho antes del ingreso a la Educación Inicial, a través de la interacción con la familia y comunidad. El aprendizaje de la lectura y escritura se logra a través del contacto con los materiales variados como son los cuentos, libros, periódicos. Los niños y niñas al tener contacto activos con los materiales que le ofrece su entorno, comienzan a explorar, expresar emociones y sensaciones de estas experiencias toman conciencia y construyen nuevo saberes y les permite apropiarse del lenguaje, en forma creativa.
El docente o adulto significativo que lo acompañan en estos procesos de lectura y escritura debe tener presente que el niño y la niña tienen que ser tratados desde temprana edad como lectores y escritores, aunque no lo hagan de todavía de manera convencional.
Debemos estimularles, ofrecerles la posibilidad de acceder al lenguaje escrito, pero no atormentarles, ni clasificarles, ni exigirles a todos unos conocimientos iguales.
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